sábado, 20 de agosto de 2016

Contexto histórico de Venezuela, entre los años 1935 - 1958: El devenir de los Gobiernos y su impacto en la construcción de espacios públicos.


   A-  Análisis del contexto histórico socio político del gomecismo – la transición a la
democracia y perejismenismo en Venezuela  entre 1935 y 1958.

Si entendemos el proceso histórico de Venezuela en el siglo XX es imprescindible hacer mención al atraso de 35 años que posee la nación en función a su entrada al siglo de la contemporaneidad, al siglo donde se verían las últimas grandes guerras que dejarían el drama de la violencia de ejércitos nacionales a pactos, esquemas bilaterales y unilaterales en un contexto de naciones internacionales que trabajan y laboran en función a los entes como la Sociedad de Naciones (a partir de 1945 reformada en la Organización de las Naciones Unidas), entre otras.
Se hace mención a esto puesto que la llegada de nuestra  nación al siglo XX llega con cierto retraso, Mariano Picón Salas esgrime que:
“…la tiranía de Juan Vicente Gómez, en su conjunto, es antihistórica en cuanto que por sus consecuencias degradantes prolonga en el país una vieja época, ya para su momento, sin ninguna sintonía con la hora del mundo. La renovación empieza a partir de 1936”[1]
Siendo este factor un causante de retraso en lo concerniente al proceso histórico natural que comenzaron a sufrir las naciones sudamericanas en su entrada a la contemporaneidad; desde la perspectiva política múltiples autores han entendido este intento de proceso desarrollista de la nación como uno de tipo lineal y estancado, debido que todo parte desde la dictadura Gomecista y se asienta o finaliza como primer momento temporal con el 23 de Enero de 1958, es por ello que comprender cualquier periodo enmarcado en esta periodización realizada ya por diversos teóricos Venezolanos, representa un punto de referencia para iniciar nuestro análisis y para que el lector pueda obtener un rango más amplio de visión del proceso reconstructivo que significa el objetivo de este trabajo. 
La apertura Democrática de Venezuela no se consolidó sino hasta finales de la década de los 50´, y es relevante hacer mención a esto puesto que es desde la democracia donde nacen las libertades necesarias para que una nación pueda apegarse al libreto del esquema moderno que se apertura durante la primera mitad del siglo XX; y es necesario exponerlo ya que pese a que nuestra labor intelectual se centra en rescatar elementos dentro de la dinámica deportiva del recinto universitario más longevo del país, no se puede comprender un esquema social alejado de su composición material, de su estatus político, económico, y social, es justa esta visión la que pretendemos realizar. Es entonces
apreciable el giro nacional que se dió con la muerte del General Gómez en el año 1936, siendo preludio del nacimiento del cambio; ya que la nación desde su liderazgo se encontraba estancada casi obsoleta del desarrollo socioeconómico industrial, la entrada de jóvenes capaces y maduros como nuevos actores dentro de la dinámica nacional se había estancado, la dictadura Gomecista tuvo temor a la juventud que desde 1928 pedía un espacio y una participación en la escena política nacional.
El inicio del cambio, se comienza a gestar con la toma del poder de Eleazar López
Contreras, un Gomecismo sin Gómez era el que se avecinaba, estimulando un margen de participación mínimo y donde ya exigía mayor cabida las voces sociales que durante largo tiempo se vieron reprimidas, de igual forma bajo un signo modesto y sin sobresaltos se da este periodo transicional:
“Con discreción se desenvuelve el régimen lopecista, y también el medinista que lo sucede, en su marcha hacia una sociedad actualizada”[2].
Este salto, dio evidencias y dejó en entredicho que la dictadura permanecía, se generó un proceso que desde 1936 hasta 1945 permite el fraguado del cambio y mejoras quizás poco relevantes además de paulatinas pero que se hacen visibles e importantes cuando se aprecia desde una perspectiva aventajada con varios años de lejanía, puesto que los cambios que se produjeron durante estas décadas serán apreciables a nivel social casi en los años 60´, cuando sectores representativos del país logren ser visibilizados y que su palabra tenga cierto peso dentro del quehacer político nacional. Partiendo de esta perspectiva entonces podemos visualizar que el proceso democrático en el país pasa por un primer intento cuando se inicia esta apertura Lopecista pero con la carga Gomecista presente, dejándose notar en mayor medida el talante democrático al estilo Occidental con Isaías Medina Angarita en el año 1945, cuando este proceso se fractura .
De esta línea histórica se sucede el golpe de estado de 1945 al presidente Isaías Medina Angarita, el cual es contado como el primer golpe oficial en la historia del país que tuvo protagonistas militares y partidos políticos, cosa totalmente novedosa en la dinámica política nacional, pero entender la apertura democrática e ideas que inician tímidamente,  obligado por el contexto Eleazar López Contreras y que da continuación Medina es de significativa importancia, ya que es a partir del año 1941 que se da una “primera significación tanto en lo institucional con el cambio de presidente, como en el político fuera del ámbito del gobierno”[3].
Por esto el necesario desarrollo de la democracia en la nación fue de la mano con el proceso modernizador que se inició durante los años cincuenta, que con la dictadura militar cuyo propósito se encauzo a mejorar la vida material y en consecución una mejoría del entorno social.
La cara que mostró el país durante los primeros años de apertura democrática se aprecian en diversos marcos, durante los años que van desde 1936 a 1945, se toma al quehacer del hombre como “el más importante elemento de la comunidad[4], ejemplo de esto se denota en la Ley del Trabajo dictada en el año 1936, puesto que modifica enormemente la condición del asalariado, y logra su apertura, desde un esquema similar a la revolución industrial a uno donde:
“La duración de la jornada laboral, salarios, condiciones de higiene y  seguridad, vacaciones, descanso, salud, vivienda, transporte, participación en las utilidades de la empresa, prestaciones y garantías por años de servicios, educación, todo es contemplado por la ley…”[5]
Se comienza a dar entrada en la participación a los grupos sociales que durante largo tiempo se vieron invisibilizados producto no solo de la dictadura sino de un modelo semifeudal en el cual Gómez representaba el líder apologético del país el cual administraba como una Gran Hacienda. Permitiendo esto la organización a nivel sindical y de orden dirigencial del sector de trabajadores, estimulando que esta gane un papel de peso en el trayecto político nacional, en especial después del año 1945. Pero además el factor educacional se encuentra presente, puesto que la apertura comunicacional estimula el pensamiento de forma libre, una nación limitada pasa a tener espacio para opinar y para esgrimir modelos distintos al presentados por el ejecutivo, el concepto de creación y originalidad empieza a tomar preeminencia, además del crecimiento de la tasa de escolaridad, de instituciones educativas y de docentes se experimentan aspectos como:
 “… la apertura del Museo de Artes en 1937, y luego la flamante Dirección de Cultura de Bellas Artes, que ofrece estudios universitarios para el pensamiento, además de la preparación para las profesiones tradicionales, Facultad de Filosofía y Letras en 1946, que capacita a sus profesores en el moderno Instituto Pedagógico fundado en 1936, y tiene escalafón del magisterio, Organización del Bienestar Estudiantil, Biblioteca Popular Venezolana con ediciones de gran tiraje
y bajo precio; avanza, además, la construcción de vastos liceos y grupos escolares así como de los primeros edificios de la Ciudad Universitaria.”[6]
La salud al igual que la educación tendrá un peso fundamental en el cambio de un
sistema autocrático y disímil en su totalidad con respecto a las necesidades y fases que pasaba el país y que pedía a gritos ser observado, el presidente López Contreras se 
encargará de individualizar el ministerio de Sanidad y Asistencia Social, dándole carácter unitario y mostrando el interés que comenzaba a mostrar el funcionariado presidencial en torno a las problemáticas que dejo la herencia feudal y dictatorial Gomecista; puesto que hombres capacitados Médicos como
“Arnoldo Gabaldon, Pastor Oropeza, José Ignacio Baldo”[7],
fueron quienes llevaron a cabo la tarea de hacer habitable el territorio venezolano, haciéndolo seguro frente a las constantes epidemias resultantes del atraso a nivel sanitario e higiénico existente, estas estrategias arrojaran resultados que serán apreciables: 

“… de una población de algo más de tres millones, con una tasa de mortalidad
general de 17,4 por mil, con mortalidad por paludismo de 143,1 por  cien mil, con la trágica y asustadora perspectiva de que solo 150 de cada millar de nuños nacidos en 1935 llegaban a cumplir el primer año y con un venezolano muerto cada hora por la tuberculosis, se asciende en 1948 a una población total de más de cuatro millones y medio, donde la mortalidad general es inferior al 12 por mil, las muertes por paludismo menos del 2 por cien mil, con una mortalidad
infantil rebajada, con una tasa de muerte por tuberculosis por debajo de una tercera parte de la antes aludida”[8].
Esto representa entonces una mejoría en las bases de la sociedad, en los cimientos
de la población agraria la cual representaba el grueso del país, estimulando no solo mejorías a nivel material sino en lo ético, en lo moral y en el estímulo a la conciencia social, esto se aprecia en la condición humana que 
mostró el presidente Isaías Medina Angarita quien comenzara por abandonar su uniforme como militar para desmitificar la figura dictatorial del fallecido Gómez como tirano, este auspicia en el año 1942 el nuevo código civil, el cual funcionó como un elemento vital dentro de la inclusión a la que se apuntalaba puesto que se superaron aspectos como la distinción de sexos encontrándose muy arraigada en las sociedades occidentales de inicios de siglo XX, además de dar cabida a
la participación de grupos sociales emergentes y que desde varios años atrás pedía entrada en la escena nacional, la generación del 28, los grupos obreros organizados en sindicatos, los nuevos partidos políticos, son todos muestra de esta apertura, siendo el sufragio universal un punto culmen dentro de este conjunto de cambios, ya que se autorizó el derecho del mismo indistintamente por hombres y mujeres, alfabetos y analfabetos, rompiendo barreras y estimulando el crecimiento social del país, demostrando que la democracia era la vía de entrada a la contemporaneidad y a la modernización.
Pero en este marco la efervescencia política tenía el peso de la tradición autocrática de la cual habían sido víctimas los múltiples grupos que ahora tenían una mayor participación en la expresividad popular, de esto entonces es posible apreciar que grupos como el castrense poseían peso en una democracia, ya que de no ser garantes del monopolio de la violencia representarían un peligro para el gobierno en ejecución, y efectivamente así sucedió; con la multiplicidad de cambios que fueron presentándose a lo largo del gobierno de medina, se fue dando un clima no solo de apertura para la libre práctica del pensamiento en el ámbito político y partidista en la opinión pública, sino
también para que se conjurasen facciones que orientaban sus intereses en una esfera contraria a la medinista, buscaban un ámbito social donde fuesen considerados dentro de la política nacional y donde tuviesen protagonismo, esta es quizás la causa mayor dentro del listado de elementos que se suman al hecho golpista de 1945, siendo múltiples las causas que conducen al golpe permitiendo incluso hablar de un universo de factores causales puesto que son diversas. 

Dandoeste golpe una fractura de nuevo al proceso transicional democrático iniciado
en el año 1935, y modificando de nuevo el panorama nacional, mostrando a los nuevos dueños de la nación, ya que será la fuerza de los partidos políticos la que en la vida de la nación pesara enormemente durante la segunda mitad del siglo XX , muestra de ello se da con el acceso al poder del partido Acción Democrática quienes lograron organizar desde el apoyo que tuvieron por parte de grupos sociales marginados, la dirigencia del golpe, fundamentándose en el poder y desplazando a los militares una vez logrado el ascenso al ejecutivo nacional, aperturando un espacio para que a finales de la década de los cuarenta se rompiese de nuevo la transición democrática, y causando además que los militares fuesen excluidos en el proceso conocido por la historiografía nacional como Trienio Adeco 1945-1948; y dejando un desbarajustes en cuanto a alianzas políticas que fue pionero en las constantes diferencias que sufrieron civiles y militares, Arráiz Lucca lo expone así: “las tensiones entre el factor militar y civil son advertidas desde mucho antes de la toma de posesión de gallegos “[9]deviniendo esto en el golpe militar del 1948, y a dejar signada a nuestra historia de trágicos y constantes episodios de represión desde el sector castrense, Manuel González Abreu lo explica cuando dice:
 “Nuestra historia contemporánea tiene este sello muy marcado en su acontecer. Dictadura democracia, civiles militares, golpe de estado magnicidio, democracia representativa o  corrupción, legalidad autoritarismo”[10].
Dando esto una idea de lo que antecedió a Venezuela hasta la llegada de la dictadura militar en 1948 y del dominio del General Marcos Pérez Jiménez, del sector militar y del ascenso y dominio de la burguesía y del empresariado capitalista.
Con la llegada de la Dictadura de nuevo al poder, se rompe un proceso que apenas
daba sus primeros pasos, la democracia la cual en pañales que se comenzaba a gestar no logro acentuarse dentro de la dinámica política existente en la nación, el clima tenso aún y que denotaba una peligrosidad para un sistema que se apoyaba en la libre elección de gobernantes, en una población donde el esquema rural era predominante trasladar un escenario político habituado al don de mando del Gomecismo dictatorial hacia uno que estimulaba la participación de las masas representaba un peligro para los grupos de poder adueñados de consorcios económicos y de la naciente industria petrolera venezolana.
Entender este proceso dictatorial debe llevarnos no solo a considerar los elementos
nacionales existentes, sino a dar miramientos al entorno mundial en el cual nuestra política se desarrollaba, esto es vital puesto que nos encontramos en un escenario continental donde los Estados Unidos de Norte América como vencedores de la Segunda Guerra Mundial salen al asecho del dominio ideológico, material y por lo tanto comercial de las zonas que para estos generaban interés económico, las llamadas zonas de influencia; además de contar con la maquinaria militar y con la capacidad productiva el modelo norteamericano comenzó a desarrollar la fase imperialista del esquema capitalista, el cual se verá más acentuado al tener en frente al nuevo bloque emergente y que dará pie a la
guerra fría y  a que se instaure un modelo de bipolaridad en lo concerniente a política internacional, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), como expresión del pensamiento Marxista-Leninista, y de izquierda representara para los intereses de los Estados Unidos un serio rival y será por ello que apoyaran que en sus zonas de influencia como Venezuela se vieran disminuidos esquemas democráticos de libre pensamiento donde existía cabida para el pensamiento social y diverso a la doctrina conservadora y liberalista de la tradición occidental cristiana; es entonces que desde este enfoque los gobiernos fuertes de poder caracterizados por militares  se encargaran de ejercer la gerencia de la nación, Abreu lo dice: 
“Esa modalidad de gobierno fuerte y renovador, bajo el liderazgo militar, se vio ampliamente favorecida en el marco de la post conflagración y de la guerra fría. Ella fue vista, en este tiempo, como la formula domestica más apropiada para responder a los requerimientos de un mundo con grandes expectativas de negocios, sumido en una extremada beligerancia ideológica”[11]
Esto explica por qué el vínculo tan estrecho de la dictadura militar y del General
Pérez Jiménez en función al modelo imperialista norteamericano, pero el trasfondo social que representa esto gira en torno a los nexos comerciales que se establecieron entre la conformada burguesía nacional, entre las 
élites económicas dueñas de la base productiva del país, del empresariado que vio en el gobierno una forma puntual para enriquecerse y establecer el dominio comercial de sus empresas en el país, atrayendo inversiones extranjeras y en pro del lazo con el sector castrense encargado del régimen de dominio podía tener libertades, un esquema donde los principales protagonistas resultaron ser la dictadura encarnada en el Perezjimenizmo, en lo emblemático y cómodo del entorno para que el empresariado se enriqueciera, mostrando esto el interés político de los Estados Unidos, pertinente  a la inserción que buscaba tener el capitalismo en las economías extranjeras: 
 “… la tarea modernizadora, que aseguraba una inserción más profunda y estrecha de Venezuela en los circuitos del capitalismo desarrollado que, justo entonces experimentaba niveles extraordinarios de crecimiento y llevaba adelante una agresiva expansión económica. Es el renombrado ciclo de auge y prosperidad acelerado de la sociedad industrial de los años cincuenta que la historiografía especializada distingue con el calificativo de edad de oro del gran capital” [12]
No fue casualidad entonces que los vínculos sean estrechos entre estos grupos, ni
tampoco que el modelo dictatorial enfocara su plan de gobierno en el llamado Nuevo Ideal Nacional, donde se buscó una mejoría a nivel material del país, en pro de modernizar en lo arquitectónico la ciudad ya que esto representaba o vendía la idea de eficiencia gubernamental, pero este nuevo ideal nacional que compendia los lineamientos de carácter teórico del modelo Perezjimenista guardaba una estrecha relación y correspondencia con los que eran requeridos por las elites dirigentes nacionales e internacionales, y es por ello que la mejor forma de englobar un esquema nacional donde salieran ganadoras las 
élites económicas del empresariado y el gobierno como sector castrense era un modelo
donde la prioridad fue:
 “…la transformación del medio físico,… cosa que propició una máxima apertura al capital y satisfizo, sin reparos, sus ansias de acumulación privada, amparado en un orden político inflexible, resistente a la disidencia y al reclamo ciudadano. Todo ello validado por las fuerzas armadas y los órganos estatales de seguridad a través de una represión indiscriminada”[13].
Esto permite explicar que el desarrollo que hubo producto de la renta petrolera elevada durante la dictadura, y el aumento del ingreso de divisas como resultado del precio del petróleo en el mercado se viera elevado; y como resultado del cierre del canal de Suez [14] el gobierno Perezjimenista tuviese los ingresos y una bonanza necesaria para dar desarrollo al plan nacional de modernización del entorno físico, del medio material como sustento de efectividad. Esto lógicamente representaba un hábitat cómodo para aquellos grupos que eran dominadores y que ejercían el poderío dentro del aparato estatal, empresarios, dueños de consorcios económicos, encargados de oficinas y direcciones nacionales que se enmarcaron en la burocratización del estado, además de los dirigentes petroleros, amos de las concesiones de los campos petroleros a la inversión extranjera, fueron quienes dieron un lustroso conjunto de obras en el sector construcción, de las cuales el modelo dictatorial pudiese jactarse; inevitablemente la ciudad crecía urbanísticamente hablando en función a la idiosincrasia y excesos que mostraba la clase dirigente, demarcando el gasto, lujo y despilfarro que más tarde pasaría factura y sería un factor que se sumaría en determinar el futuro de la dictadura militar, Salcedo Bastardo lo aprecia del siguiente modo:
“La riqueza en forma alegre conseguida es a su vez virus contaminante que ataca la tradicional sobriedad del pueblo venezolano. Mansiones ostentosas, gastos absurdos, despilfarros insólitos, un auge sin precedentes que los juegos de azar estimulados por el régimen que construyo en su momento final el más ostentoso hipódromo de Sur América, y la proliferación de loterías conspira todo a imponer una nueva escala de valores.” [15]
Es entonces cuando se hace obligatorio la revisión de los conceptos tradicionales
donde el esquema occidental del marco de la guerra fría enfilaba sus teorías a la consecución de la riqueza material como producto de la estabilidad, del progreso, y del capitalismo como ente solucionador de la división social existente y cada vez más latente producto del injusto trato que el esquema capitalista daba a aquellas clases asalariadas, obreras y proletarias, donde el esparcimiento, acceso a la educación a la cultura a la salud eran lujos solo permisibles para aquellos de cuantiosas garantías económicas que pudiesen costeárselos. Desde este contexto es entonces que es posible admitir que la dictadura representó (en palabras de Abreu)
“El sepultamiento temporal de la democracia que fue, sin duda, un acto de regresión política se cumplía en nombre de la paz, de la superación de la anarquía  partidista, de la modernización del país y de su adelanto económico”[16]mostrando el fracaso de un régimen casi neocolonial resultante de la injerencia imperialista y geopolítica norteamericana, en cuyo seno solo se desarrolló un estanco y un régimen donde la población fue sumisa de las élites dominadoras, y donde cualquier acto de levantamiento popular era condenado por la Seguridad Nacional (policía política del gobierno perejimsnista) como instituto especializado en reprimir silenciosamente la ciudad y las voces políticas que pudiesen emerger en este contexto, una dictadura en su clásico esquema.
El Perezjimenismo será entonces casi una repetición del modelo Gomecista pero bajo un contexto mundial acelerado en cuanto a relaciones comerciales internacionales, con una Europa en proceso de recuperación post guerra, y con los dos grandes bloques ideológicos y económicos dividiéndose el mundo en áreas de influencia dando paso a la bipolaridad mundial, demarcando en las estrategias de las potencias dominantes estas planificaciones para las naciones del llamado tercer mundo:
“Tal modalidad, no era un engranaje aislado ni un dispositivo particular, sino parte de un diseño integrado de conformidad con una estrategia regional. Para aquellos sectores, manifiestamente identificados con la política exterior de los EE.UU., el objetivo era el de afianzar formas dictatoriales militaristas para blindar políticamente un área clave dentro del hemisferio”. [17]
Esta  doctrina fue la que estimulo esta regresión en el camino político que vivió la
nación, y lo que produjo la perdida de incontables vidas y que será un inevitable muro de contención a la democracia que producto de esa condensación popular existente explotara en enero del año 1958 dando el paso a la democracia; el estanco en lo social era muy latente, representábamos una nación donde: 

 “El sector laboral no contó con organizaciones de defensa ni dispuso de otras alternativas para encarar el sometimiento. La población más necesitada participó en minusvalía de la distribución del ingreso y fue marginada de derechos y de los servicios básicos, salud, alfabetización, acceso a la cultura, cuyos índices son los que informan sobre el nivel y la calidad de vida de la gente.”[18]
Esto representa la muestra real de lo que era el Perezjimenismo el cual se escudaba
en el control material de la ciudad y en sus obras de construcción que no eran más que un vano intento de modernización política que iría de la mano de un simple personalismo, y donde “… el afán autocrático desmedido y el furor exclusivista del sector castrense y de quienes lo aupaban y le servían de aliados[19].  En general la Venezuela de esta época sufrió la inevitable conducción del esquema capitalista en sus zonas de influencia, y se encontró salpicada del entorno sociopolítico y económico de la época más fuerte y de mayor apogeo que vivió el capitalismo durante el siglo XX, siendo de esto resultante que la marginalización de la sociedad fuese muy drástica, ya que la modalidad política así lo exigía, una dictadura representaba una nula participación de la población en su quehacer político, Abreu menciona que :
 “La regresividad en la distribución del ingreso, además, tendió a agravarse por el alto índice de desempleo y por el desbalance, en cuanto a condiciones de vida, entre la ciudad y el grueso de los pobladores del campo. Tal cuadro social de inequidades, sostenido a fuerza de represión, alimentaba la acumulación privada de la riqueza porque hacía más fácil la manipulación y el sometimiento de densos sectores del país y en especial de sus trabajadores” [20]
Por ello se verá fracturado el sistema de una forma tanto sustancial, donde se aprecia a finales de la década de los 50´ a un empresariado que intenta justificar y legitimar el sistema dictatorial con unas elecciones manipuladas,y de un momento a otro se aprecia el apoyo que este sector da al grueso poblacional levantado bajo la cara de la Junta Patriótica, ya que entendió que sus intereses se encontraban en peligro al visualizar el esquema Perezjimenista venido abajo como resultado de esa abigarrada gestión, llena de lujos y excesos donde:
“…un gobierno carente de planificación los cuantiosos medios monetarios obtenidos de esa manera excepcional, sumados a los ingresos normales en elevación continua al compás del desarrollo petrolero, se invirtieron en obras sin concierto y dentro de una caótica o caprichosa distribución. Parte no pequeña de todo ese caudal se disipo, por la vía excusada de la inmoralidad militante, hacia un enriquecimiento veloz e indebido del grupo adueñado del poder”[21]
Esto mostrara a una elite dominante y adueñada del país, llevándolo adelante como si de una empresa privada se tratase y donde la riqueza se distribuía entre estos magnates de la industria y los hacedores políticos y militares encasillados en cargos políticos donde los dividendos eran su pan diario como lucro de su gestión terrorífica, paralizadora, y dominante. Es por ello que de este periodo se enriqueció un grupo mínimo que dejó al país sin un trayecto de mejorías sociales a seguir, donde la población quedó huérfana de planes de políticas públicas que orientaran sus capacidades y potencialidades en una esquema de
crecimiento intelectual, educativo, de conciencia en pro de afianzar el progreso real para la población y no para un grupo de élites abigarradas bajo la dictadura militar, donde:
 “El desarrollo se identificaba por su contenido clasista, por un crecimiento económico efectivo[22] pero de beneficios sociales muy restringidos. Era un desarrollo para la industria petrolera, para las compañías ferríferas y los inversionistas extranjeros, en general.”[23]
La inversión extranjera, representa un punto importante dentro de este contexto
histórico, ya que será la actuación del sector castrense y perezjimenista la cual actúe bajo los beneficios de la elite económica interna, la cual se encontrara identificada con los intereses de las corporaciones internacionales quienes buscaban un medio ostensible de vida en un país de ingresos altos, todo esto respondía, también a motivaciones de carácter “político-estratégicas extranacionales, solo comprensibles por la supeditación de nuestro país a un centro de poder tan absorbente como el de Estados Unidos”. [24]

B – Influencia de las políticas gubernamentales entre los años 1935 y 1958 en los espacios de la ciudad de caracas, destacando el desarrollo urbanístico.
Durante este contexto se apreciaron cambios no solo en lo referente a la dinámica política, y a la modernización del país y de la ciudad de Caracas como su capital, sino que el proceso de entrada a un mundo contemporáneo se comenzó a dar en los años 50´s; ya que la apreciación artística del entorno dio pie a desarrollar a nivel cultural una ciudad que comenzaba un desarrollo organizado y previsto en función de los espacios, siendo estos a su vez los garantes del cambio y modificación del entorno caraqueño, por lo tanto representando una expresión sociocultural del venezolano moderno que en un proceso de apertura democrática ya desde el año 1935 venia exigiendo; es decir el concepto de ciudadanía comenzó a concebirse, puesto que el caraqueño ya consideraba su directa participación como necesaria para cualquier proceso de cambio, siendo esto un elemento que ira a la par con la apertura democrática. Pero no solo en lo político los cambios eran sustanciales, desde mediados de los años 40, el desarrollo y llegada del éxodo rural al país produjo un acelerado desarrollo en la ciudad, a saber;
 “Villanueva ya venía, con el equipo del Ministerio de Obras Públicas y del Banco Obrero, lidiando con la realidad tremenda que era Venezuela y sus cambios poblacionales, que constituían una prioridad dentro del Nuevo Ideal Nacional. La migración campo-ciudad ya era un fenómeno de veinte años de data y no hacía más que afianzarse” [25]
La muestra de que la ciudad se hacía cada vez más motorizada e impulsada por ese
constante combustible que representan las contradicciones humanas y sociales, se aprecia de una forma notable en aspectos que ya previamente se mencionaron; es decir las clases obreras que dentro del crecimiento y urbanización de la ciudad venían en crecimiento producto de la ampliación del sector construcción del estado y el cual se vio tangible en el conjunto de obras arquitectónicas, era muestra del importante papel que jugaba la clase obrero en el mantenimiento del estatus quo Perezjimenista, ya que debido al creciente mundo de las ideas marxistas, esta clase tomaba conciencia de la representatividad que poseían en este entorno;
“El Silencio fue en efecto un proyecto de reurbanización de una zona de tolerancia, insalubre y problemática, para convertirla en un paraíso para una clase obrera que tendría espacio vital y podría vigilar a los niños desde la ventana de la cocina mientras jugaban en los jardines centrales,… Había que sustituir los ranchos de Ciudad Tablitas y otras zonas con desarrollos urbanísticos para una clase obrera que va creciendo y adquiriendo gracias a la albor clandestina e incansable del perseguido partido comunista, una conciencia de su propia clase que el estado no se pude permitir; para ello debe invertir en bienestar obrero y Villanueva comprende esa necesidad y la traduce”[26]
Pero no solo la clase obrera con sus exigencias sociales estimulo un cambio a nivel
arquitectónico de la ciudad, los estudiantes quienes hacían vida en el centro durante los últimos años de la Universidad Central en la esquina de San Francisco, significaban una fuerza de cambio y constante rebelión que desde 1941 no cabían en el centro de la ciudad y tampoco convenían estar allí, la historiadora Katty Solórzano lo expone así:
“Es difícil sacar del centro a los estudiantes de Derecho, muchos de ellos trabajadores de los tribunales y aún más a los de Medicina, ya que su escuela se había extendido incluso hasta algunas casas en la avenida San Martín. Pero había que sacarlos, ya que apenas se presentaba una protesta estudiantil en la sede de la universidad, la ciudad se paralizaba, por tímida que fuese la manifestación. A esos muchachos les convenía, a ojos del statu quo, una sana vida campestre, alejada de la ciudad pero lo suficientemente cercana a ella
para ir y venir diariamente”[27]
Fue entonces desde esta perspectiva donde las fuerzas sociales que representaban
estos grupos exigían un espacio propio, donde tuviesen protagonismo y donde la autonomía se hiciese presente, por ello se ve un cambio dentro de la dinámica social que se expresa por medio de logros materiales y conquistas de espacios por parte de la sociedad como logro de este proceso de apertura democrática fracturado en el 45 pero que seguía latente en la conciencia del Venezolano, por ello el estado se encontró buscando apaciguar por entonces dos elementos fundamentales para darle legitimidad a su esquema dictatorial, primero el comunismo acechante y esta irreverencia universitaria, y de esta forma la manipulación moderna de la última mitad del siglo XX se vio latente, puesto que el Perezjimenismo no fue una autocracia más al estilo antiguo, donde las universidades eran castigadas y vejadas de muchas maneras, limitando su voz y reduciéndolas a la indigencia, tras el despojo de los bienes inmuebles; se intentó contra la libertad universitaria desde una visión distinta, ya que estuvo presente la intención de violar el principio democrático de la enseñanza gratuita: “Este fue expresamente abolido en 1953. Se fijaron entonces elevados pagos para las distintas carreras universitarias, siendo los más caros los exigidos para los estudios de Odontología. Los aranceles para exámenes, revalidas, tesis, traslados, etc.; resultaban prohibitivos para la inmensa mayoría estudiantil”[28].
Demostrando la intención de marginar y comprar por medio de espacios públicos a la nación sin estimular la verdadera riqueza de los países, los hombres.










[1]J.L
Salcedo Bastardo. Tránsito de la Dictadura a la Democracia, P. 28

[2] Ídem,
P. 29

[3]
Manuel Caballero, Historia de los Venezolanos del siglo XX, P. 126

[4] Ibídem,
P. 29

[5] Ibídem,
P. 29

[6]
Manuel Caballero, Ob., Cit., P. 30

[7]
Salcedo Bastardo, Ob., Cit., P.31

[8] Ídem.

[9]
Rafael Arraiz Lucca, El trienio adeco 1945 – 1948 y las
conquistas de la ciudadanía,

P.115.

[10]
Manuel Abreu, Auge y caída del perezjimenismo: El Papel del
empresariado
,  P.
29.

[11] Ibídem,
P. 22.

[12] Abreu, Ob.,
Cit.
, P. 23.

[13] Ibídem.
P. 24

[14]
“Los acontecimientos políticos ocurridos en 1956 en el Medio Oriente, que culminaron en acciones militares en los últimos meses del año- la invasión anglo-francesa-israelí a Egipto-, originaron la paralización total del tránsito de buques por el Canal de Suez y la interrupción parcial de algunos oleoductos, tales como los pertenecientes a la Irak Petroleum Co; debido, fundamentalmente, a los daños causados por las acciones militares. Es decir, las vías de abastecimiento de petróleo de Europa occidental habían quedado cortadas. Esto planteo, urgentemente, la necesidad de implementar alternativas, ya que cerca del 80 por ciento de su demanda de crudos provenía del Medio Oriente, es decir, más de 2.000.000 de barriles diarios para aquel entonces. De esta cantidad, 1.350.000 se importaba a través del canal, 500.000 a través del oleoducto de la Irak Petroleum Co., y 200.000 a través del oleoducto transarábigo…”. Helena Plaza, El 23 de Enero de 1958,
P. 52

[15]
Salcedo Bastardo, Ob., Cit., P. 31

[16]
Abreu, Ob., Cit., P. 23

[17]
Abreu. Ob., Cit., P. 22.

[18] Ibídem,
P. 25.

[19]
Ibídem,
P. 24.                                                                                                                                                                 

[20] Ibídem,
P. 34.

[21]
Salcedo Bastardo, Ob., Cit., P. 36

[22]
Cabe acotar que cuando el autor hace referencia al crecimiento económico, se
refiere al ingreso que recibió Venezuela producto del cierre del Canal de Suez;
pero que en la dinámica económica, no llegaban los estratos más bajos de la
sociedad a percibir este enriquecimiento del país, el cual era desviado a los
inversionistas económicos en prebendas y esquemas comerciales donde estos se
vieran beneficiados como resultado de la inversión extranjera y donde el estado
fuese permisivo con estos.

[23]
Salcedo Bastardo, Ob., Cit., P. 238.

[24]
Salcedo Bastardo. Ob., Cit., P. 236.

[25]
Katty Solórzano. “Las Abstractos:
espacios políticos y sociales del nacimiento de la modernidad artística en
Venezuela (1945 – 1960)”,
pp. 199 - 214.
En: Leonardo Bracamonte (Coordinador). El siglo XX venezolano: Análisis y
Proyección histórica de una centuria
, P. 209.

[26] Ídem,
P. 209

[27] Ibídem,
P. 205

[28]  Salcedo Bastardo, Ob., Cit., P. 78

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